miércoles, 29 de enero de 2014

Chaleco antiamores


Cuando lo inventen, apuesto que nadie lo usará.

Dentro del mundo de las desilusiones, llega un momento que si pudiéramos y que si de verdad existieran usaríamos un chaleco antiamores.

Llega un punto donde nos decepcionamos todos que empezamos a tener asco de todo lo que sea tierno y gutchi gutchi. Asco de esas parejas que demuestran su amor profundo besándose como locos en el metro.

Miedo de quien te trata demasiado bien. Miedo de quien simplemente te da una atención extra.
Entonces corres. Y lo haces porque no tienes tu chaleco antiamores, ese que te protege de los flechazos estúpidos del cupido.

Corres porque tienes miedo, otra vez de que te ilusionen.

Yo ando corriendo. No que no me encante estar enamorada. A quien no le gusta? Es maravilloso.
Pero ya los porrazos son tantos que tu andas buscando "sexo sin amor", con la esperanza de encontrar un poquito de amor aun que sea en esa cachita nocturna.

Y al final consigues más amigos con raspes que amor. Pero sigues ahí, corriendo de quien quiere darte amor, por miedo y acostándote con quiere polinizar tu flor.

Entonces el chaleco antiamores lo creas tu. Corriendo, huyendo. Y como todos los chalecos antibalas, este es igual, tiene sus puntos sin cobertura.

Te enamoraste, otra vez. Funciono tu chaleco? De qué resulta huir? Al final huyes de quien vale la pena y de pura carencia caes en manos de falsos galanes.

 No conozco los chalecos antiamores. No deberíamos ponernos ese bloqueo mental.
Al final es peor. Al final hay que ser una misma. Al final el amor te atrapa te hace daño o no. Pero te atrapa. Así que sácate ese chaleco y ya déjate de huir.


@ChicaSinFiltro

No hay comentarios:

Publicar un comentario